Las puntuaciones de productividad de Microsoft Office 365: un arma de destrucción matemática

Las *puntuaciones de productividad* de Microsoft no son algo nuevo, pero se acaban de topar con el derecho a la desconexión digital.

Las puntuaciones de productividad de Microsoft no son algo nuevo: hace meses que estaban trabajando en ello en su programa Insiders (su versión preliminar de pruebas de usuario) con una herramienta llamada Delve para control del teletrabajo. Dicha herramienta tenía unos anuncios bastante desagradables para quienes defendemos el derecho a la desconexión digital. Muchos exigimos nuestro derecho a no ser contactados fuera de horario laboral mediante nuestros números de teléfono o sistemas de mensajería personales, y a no tener que estar pendientes de las comunicaciones corporativas fuera de horario sin previo acuerdo de guardia u horas extra.

La evolución de esta herramienta ha visto la luz integrada dentro de Microsoft Office 365 bajo el nombre Productivity Scores y ha hecho que salten alarmas. Lo que hace es básicamente recopilar información sobre la actividad de sus usuarios en sus herramientas para sacar una serie de métricas, pero no es el típico caso de telemetría: la información no va anonimizada y es extensa.

  • Las entradas incluyen nombre, afiliación y ubicación. Se puede anonimizar, pero por defecto lo manda todo etiquetado.
  • Se incluye el envío de logs de chats, reuniones, para emplearlos en sus metricas que no son transparentes.
  • Microsoft está recopilando datos de otras compañías, para comparar sus plantillas. Esto significa que Microsoft Office es actualmente una herramienta casi distópica que debería preocuparnos, no solo por ser invasiva respecto a nuestros movimientos, tareas y conversaciones, sino porque su algoritmo secreto puede influir en la evaluación de los empleados de empresas u organizaciones. Nadie sabe como salen las fórmulas de esas métricas, siendo lo que Cathy O’neil llama un «arma de destrucción matemática»: es opaco, no está regulado, y es difícil de refutar; pudiendo generar situaciones tóxicas y aumentar la desigualdad. Mientras no permitan que sea auditado, deberíamos rechazarlo.

¿Qué podemos hacer el respecto?

  • Se debe notificar a un usuario o empleado si va a ser grabado, y este debe proporcionar su consentimiento al respecto, tal como sucede cuando hablas con una centralita telefónica. A nivel de empresa de trabajo, puedes solicitar información sobre esta materia. Si lo están haciendo sin tu consentimiento expreso, es directamente ilegal.
  • Si puedes elegir entre el uso de la suite de Microsoft y una alternativa, usa la alternativa (por ejemplo LibreOffice). Microsoft Excel sigue siendo una herramienta superior (es la pura verdad, el paquete de fórmulas solver es formidable), pero plantéate si merece pagar el precio de esa intrusión, por no decir espionaje.
  • Si tienes un negocio, plantéate que Microsoft está accediendo a toda la información de tus empleados y no sabes qué está haciendo exactamente con ella, por no hablar de acceso conversaciones a documentos profesionales sensibles. También están en proceso de patentar un software para analizar vídeo y “comprobar si las reuniones de trabajo son productivas”, lo que lleva a replantear mucha actividad. Como mínimo intenta conocer qué información se están llevando en este momento, y decide cuánto quieres darle.
  • La reciente reforma laboral, que se hizo por el incremento del teletrabajo debido a la Pandemia, incluye el derecho a la desconexión digital. Cuando te enfrentes a la idea de este sistema, recuerda la cómo empezó la campaña de Microsoft Office 365 en 2013: para ellos ese concepto directamente no existe.